Los Estados Unidos y China han concluido dos días de negociaciones comerciales de alto riesgo en Estocolmo sin llegar a un acuerdo definitivo para extender su frágil tregua arancelaria. Aunque los negociadores describieron las discusiones como 'constructivas' y acordaron seguir trabajando hacia un acuerdo, la decisión de pausar o aumentar los aranceles ahora recae en el Presidente Trump. Los puntos clave de discordia incluyen restricciones a la exportación y las compras de petróleo ruso por parte de China, lo que podría desencadenar nuevos aranceles elevados si no se resuelven. Ambas partes están bajo presión para evitar reavivar una costosa guerra comercial, con una fecha límite inminente que intensifica la urgencia. El resultado de estas negociaciones tendrá implicaciones significativas para los mercados globales, las cadenas de suministro y el panorama geopolítico en general.
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