Un número creciente de informes y artículos de opinión resaltan el grave hambre y las condiciones de hambruna en Gaza, atribuyendo la crisis a tácticas militares israelíes y restricciones en la ayuda. A pesar de las negaciones del gobierno israelí y afirmaciones de facilitar asistencia humanitaria, organizaciones internacionales y testigos en el terreno informan que la ayuda es insuficiente y a menudo no llega a quienes la necesitan. La situación ha generado un intenso debate dentro de Israel y a nivel global sobre la moralidad y efectividad de la guerra en curso, con algunos israelíes comenzando a cuestionar las acciones de su gobierno. La crisis también se ha convertido en un importante desafío de relaciones públicas para Israel, ya que imágenes de civiles hambrientos circulan por todo el mundo. Los llamados a un alto el fuego y una reevaluación de la estrategia son cada vez más fuertes en medio de acusaciones de que el hambre se está utilizando como arma de guerra.
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