Una creciente coalición de países occidentales, incluyendo el Reino Unido, Francia, Alemania, Canadá y Australia, han emitido llamados urgentes para un alto el fuego inmediato en Gaza, condenando a Israel por restringir la ayuda humanitaria y causar sufrimiento masivo entre los civiles. Líderes y ministros de relaciones exteriores de más de 25 naciones han descrito la situación como una 'catástrofe humanitaria', citando la generalizada hambruna, muertes en los sitios de distribución de ayuda y el suministro 'goteo a goteo' de suministros esenciales. Las declaraciones conjuntas critican el control de Israel sobre los flujos de ayuda y urgen a las organizaciones internacionales a hacerse cargo de la asistencia humanitaria. La presión está aumentando sobre Israel para permitir el acceso irrestricto a la ayuda, con algunos líderes advirtiendo de posibles acciones o sanciones adicionales si las condiciones no mejoran. La crisis también ha intensificado los debates sobre la autonomía palestina y el proceso de paz más amplio en la región.
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