Una breve pero intensa guerra de 12 días entre Israel e Irán en junio de 2025 ha dejado Oriente Medio en un estado precario, con un frágil alto el fuego vigente pero ambas partes advirtiendo que el conflicto está lejos de terminar. El liderazgo militar de Israel se está preparando para posibles guerras en múltiples frentes y ha cambiado su estrategia de defensa para enfatizar la ofensiva preventiva, especialmente contra Irán y sus aliados regionales. A pesar de sufrir contratiempos, Irán sigue siendo una amenaza significativa debido a sus capacidades de misiles y nucleares, y tanto funcionarios israelíes como estadounidenses están cautelosos ante una renovación de hostilidades. La guerra expuso vulnerabilidades en el pensamiento estratégico y la estabilidad interna de Irán, al mismo tiempo que creó nuevas oportunidades diplomáticas y riesgos para la región. La situación sigue siendo volátil, con el potencial de escalada o negociaciones renovadas moldeando el futuro de la seguridad en Oriente Medio.
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