Mientras Israel prometió continuar sus ataques contra el grupo militante libanés Hezbollah, un emisario de la Casa Blanca que visitó Líbano el lunes dijo que el conflicto había "escalado fuera de control" y pidió la aplicación de una resolución de las Naciones Unidas que puso fin a la última gran guerra entre ellos, en 2006.
La campaña militar de Israel contra el grupo armado respaldado por Irán, provocada por meses de disparos de cohetes transfronterizos, ha desencadenado una crisis humanitaria en Líbano, desplazando a alrededor de una quinta parte de la población. El conflicto ha cobrado la vida de más de 2,400 libaneses en el último año, según el ministerio de salud del país.
Después de semanas de bombardear a la milicia de Hezbollah y a sus líderes, el ejército israelí cambió de objetivos, diciendo que había realizado ataques durante la noche en "docenas de instalaciones y sitios" utilizados por Hezbollah para financiar sus ataques contra Israel. El ejército dijo que había apuntado a Al-Qard al-Hasan, al que funcionarios de EE. UU., Israel y otros han acusado de operar como el brazo bancario de Hezbollah. La magnitud de cualquier víctima no estaba clara.
Hezbollah ha dicho que sus ataques con cohetes y drones contra Israel son en solidaridad con su aliado Hamas, otro grupo respaldado por Irán, que lideró el ataque del 7 de octubre…
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