A pesar de las altas apuestas y los desafíos sin precedentes del año electoral 2020, las convenciones demócrata y republicana no han cambiado significativamente las preferencias de los votantes, lo que representa un cambio con respecto a las tendencias históricas. Kamala Harris, a pesar de ser una elección histórica para la vicepresidencia, no experimentó un aumento significativo en las encuestas después de la Convención Nacional Demócrata. De manera similar, el presidente Trump no obtuvo una ventaja sustancial de la convención republicana. Este fenómeno sugiere una polarización partidista más profunda, donde los votantes se ven menos influenciados por los eventos de campaña tradicionales. La falta de movimiento en las encuestas subraya las posiciones arraigadas del electorado estadounidense, con los estados disputados permaneciendo ferozmente competitivos.
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